El 24 de junio es un día muy especial para los argentinos. Nacimiento de grandes personalidades, la muerte trágica de ídolos populares y gestas mundialistas.

Estimada lectora, estimado lector: si su hijo nace hoy o si está cumpliendo años, tiene derecho a ilusionarse un poco más que los otros padres. Hay que remitirse a las evidencias.


Los argentinos venimos de una semana plagado de feriados, pero aun los que despotrican ante tantos días sin trabajar, deben concordar con la necesidad de transformar el 24 de junio en día no laborable, en un día en el que los argentinos debemos a honrar el talento (y en muchos casos, el genio) nacido en esta tierra.


El autor de esta nota no cree en la astrología, empujado por una confianza desmesurada en el método científico y unas estructuras mentales poco flexibles, nada amables para lo inexplicable. Sin embargo, cada tanto lee el horóscopo de su signo y lo modela, lo acomoda, para que encaje con su día o semana, para que entre en sintonía con sus deseos y aleje las dudas. Una especie de superstición.
Pero esto es otra cosa. No puede tratarse de tanta casualidad. Hasta el más descreído de influencias astrales debe rendirse al asombro de lo que ocurre el 24 de junio, una fecha muy significativa para los argentinos.
Nacimiento de ídolos populares, genios deportivos, muertes de esas que marcan época, de esas que uno se acuerda dónde estaba cuando se enteró, hazañas deportivas y hasta el surgimiento de un prócer sin el que nada de todo esto hubiera ocurrido.
Ya hace unos años que, gracias a las redes sociales, se pone atención a todas las personalidades que cumplen años y los eventos determinantes que ocurrieron un 24 de junio. Muchas veces se suele olvidar el nacimiento de una persona que con su sacrificio abrió el camino de la historia de esta nación.