Israel lanzó este viernes un ataque preventivo de gran escala contra instalaciones nucleares y militares en Irán, en una acción que eleva al máximo la tensión en Medio Oriente y desata temores de una escalada bélica sin precedentes en la región.
La ofensiva, bautizada “Nación León”, fue ordenada por el primer ministro Benjamín Netanyahu y ejecutada por “decenas de cazas” de la Fuerza Aérea israelí, según confirmaron las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). El objetivo: frenar lo que describen como una “amenaza inminente” del programa nuclear iraní y una posible ofensiva con misiles y drones.



Fuertes explosiones se registraron en Teherán y otras ciudades iraníes durante la madrugada. Columnas de humo fueron visibles en barrios como Chitgar y hubo cortes de energía, aunque no se reportaron víctimas ni daños confirmados en los complejos nucleares de Natanz, Fordow o Arak.


Del lado israelí, el ministro de Defensa, Israel Katz, declaró el “estado de emergencia especial” en todo el país, y el Ejército redujo sus operaciones internas a “actividad esencial” en previsión de represalias. “Nos preparamos para una respuesta con misiles o drones desde Irán o desde sus aliados, como Hezbollah o los hutíes”, alertó Katz.
Irán, por su parte, no ha lanzado una contraofensiva hasta el momento, pero la Guardia Revolucionaria advirtió que están “listos para una guerra total”. Según reportes israelíes, el régimen de Teherán acumula material suficiente para producir hasta 15 cabezas nucleares y continúa suministrando armas a grupos armados en Siria, Gaza y el Líbano.
Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio aseguró que Estados Unidos “no participa” en la operación israelí y que su única prioridad es proteger a sus tropas desplegadas en la región.
El ataque ocurre poco después de que la Junta de Gobernadores del OIEA sancionara a Irán por su falta de cooperación y el anuncio del régimen islámico de instalar un nuevo centro de enriquecimiento de uranio con tecnología avanzada.
La comunidad internacional sigue con extrema preocupación el desarrollo de los hechos. Analistas advierten que se ha cruzado una línea inédita desde 2019, y el riesgo de un enfrentamiento directo entre las dos principales potencias rivales de la región es más alto que nunca.