El torneo, llamado CMG World Robot Championship – Serie Mech-Fighting Arena, enfrentó a cuatro robots G1 desarrollados por Unitree Robotics. Estos modelos destacan por su movilidad biónica y capacidad de reacción casi instantánea, gracias a avanzados algoritmos de control de movimiento.

A diferencia de otras competiciones, el control fue completamente manual, sin comandos por voz ni sensores de movimiento. Cada movimiento ofensivo y defensivo era operado en tiempo real, priorizando la precisión que exige una disciplina como el boxeo. Los combates fueron supervisados por un árbitro humano, quien evaluó factores como precisión, estabilidad y capacidad de recuperación tras una caída (en menos de ocho segundos).





En la final, el robot AI Strategist se impuso ante Energy Guardian, logrando reponerse de una rodillada inicial y vencer con una serie de golpes certeros. Ambos demostraron notables capacidades de equilibrio y reacción, reflejando un alto nivel de desarrollo en autonomía motriz.
Cada robot G1 mide 1,3 metros, pesa 35 kg y cuenta con articulaciones capaces de generar una fuerza de torsión de hasta 120 newton-metro, permitiéndoles ejecutar maniobras complejas como patadas o reincorporaciones automáticas.
Además de los combates, el evento incluyó análisis técnicos por parte de investigadores del Instituto de Inteligencia Afectiva y Cognitiva de la Universidad de Pekín y del Laboratorio de Normas de Seguridad en IA, quienes estudiaron el procesamiento de órdenes, la toma de decisiones y la estabilidad dinámica de los robots.
Desde Unitree Robotics destacaron que estas experiencias sirven para poner a prueba los límites de la robótica humanoide en contextos reales, con potencial de aplicación en sectores como el entretenimiento, la industria y el cuidado domiciliario.
Este campeonato forma parte de un ambicioso plan de China para liderar el desarrollo en inteligencia artificial y robótica. En lo que va de 2025, también se organizaron una media maratón de robots y los primeros Juegos Nacionales de Robots. Según el Instituto Chino de Electrónica, el mercado de humanoides podría superar los 121.000 millones de dólares en 2030.